4.01.2013

TRIBUNAL



Soy acusado una vez mas…la misma historia se repite día tras día, estoy en el salón del juzgado, música plana en mis oídos, definitivamente da tranquilidad a mi alma, pero hay algo de  impaciencia en el ambiente y en mi interior.
Para completar esta historia ya se esta acercando el que siempre me insulta y me acusa con vehemencia, cuya voz quiere cortarme, asesinarme con la mirada.
Debí suponerlo antes que  llegue nadie ya esta presente este personaje, ya me esta observando desde su asiento sin emitir ningún sonido.
Empieza el juego, miles de acusaciones van manchando mis ropas, me miro, no entré así a este lugar...y él sigue vomitando sus quejas sobre mí, que olor tan repulsivo (en mi mente se repite la frase “dame otra oportunidad”)
No sé que clase de manchas son estas, parece grasa de carro.
Él le habla al oído a un soldado completamente forrado de armaduras, y éste sale por un momento de la sala e ingresa con algo en la mano, parecen ser telas.
Luego en todo el recinto se escucha una voz, no hablada, es un murmullo, sólo se percibe que dice: “Limpieza” En esos momento otro soldado me recoge (yo he estado  de bruces desde hace rato) y me lleva a unos baños completamente blancos para que me bañe, “tomate tu tiempo” me indica.
Salgo del cuarto de baño, e ingreso a otro cuarto donde el 1er soldado me entrega las telas, que en realidad eran ropas nuevas y me visto, así ingreso nuevamente al recinto, limpio, me dirijo a mi lugar y nuevamente inclino mi rostro y mi cuerpo hacia el suelo... en verdad yo soy culpable!!
Esa voz nuevamente , ese murmullo eterno, anuncia : “Levanta el rostro” “Ante mi estas limpio”
El acusador queda perplejo nuevamente, como siempre! 
Pero esta vez yo no quería regresar...aunque algo dentro de mi ser si lo deseara.
Me levanté, me acerco a la puerta de salida, volteo y el personaje infame que siempre me acusa sigue mirándome, como examinando mis pensamientos, al fin comprendo su intención, se quién es desde este momento, pero ya no quiero volver a verlo en esta  misma situación, tiene que ser distinto. Que tengo que hacer?
WillyDaga
Dibujos: Lucy Naldos

SENSACION


La sensación que se siente cuando vas al final del asiento de un microbús, con la ventana abierta, el viento golpeando toda tu cara, los audífonos reventando tus oídos por la música en alto volumen, al compás de lo que observas con lo que escuchas, la calle, los perros, mas carros, ambulantes, etc. Ese sonido a garaje, submundo, a cochera, con voces estridentes, fuera de tono, pero cantando con el corazón, líricas reales, son las que incentivan a un mas esta agresiva aventura.

Quizá puede sonar común, pero yo lo podría considerar todo un hobby, como ahora que camino entre las calles sin un rumbo fijo, solo camino y observo, tar

areando una canción y tratando que todo concuerde con las melodías. Parece que estuviera filmando un video musical. Armo todo un escenario con lo que se presente a mi lado, pateo una botella de plástico como  un símbolo de una reacción rebelde contra las malas leyes de este mundo. Muy enérgico por cierto!!, giro mi cabeza allí van los niños tras una pelota, me hacen recordar a mi hijos, sonrío y los hago parte de mi seudovideo, como un signo de inocencia, y pienso que será de ellos cuando sean mas grandes, donde estarán cuando vuelva  a pasar por aquí, automáticamente pienso en los míos y surge la misma pregunta pero con una ligera sonrisa de saber que todavía son pequeños, pero eso no durará mucho.
Esto es todo mi mundo por los auriculares, podría ser peligroso a veces por que podría evadir e ignorar a cualquiera...o como síntoma de enajenación. 
Pero ahora es divertido, la canción continúa, la aventura también, la paso bien así, otros la pasan bien en la piscina, en la playa,  o jugando fulbito, otros tomándose un par de chelas, pero yo la paso bien así.

En fin ya es tarde, creo que debo tomar un camino de regreso a  mi casa. Siento cierto alivio de saber que voy a descansar y tomar bastante agua. Tengo bastante alivio de saber que tengo definido un rumbo y una llegada.
A cinco cuadras antes de llegar a  mi casa, se baja completamente la batería del mp3, que cólera!! Es todo un frenón. Pero en fin, solo lo guardare en el bolsillo y continuare cantando hasta que llegue. Total ya estoy cerca.

Podría continuar esto, pero mejor subo al balcón y termino la frenética aventura del día de hoy, observo la calle de izquierda a derecha, aunque esta todo vacío y oscuro, la sensación inicial aún continúa, de saber que aunque todo el día estuve solo, la soledad nunca me alcanza pues el mirar el cielo determina mi estado. Entonces es cuando voy a mi cuarto y tomo la siesta.

WillyDaga
Dibujos: Lucy Naldos

La postal de mi perro


Te vuelvo a contar la misma historia en que mi perro cogió la postal de mi cuarto y se la llevo a su casita de madera, en la imagen sólo habían un par de montañas bajo un cielo algo gris con poca luz, un paisaje tranquilo y quieto.
Resulta que mi perro cerró los ojos y como tiene que ser, al abrirlos se encontró dentro de la postal, sentado en la punta de la montaña, y  el abismo no perdió el tiempo, pues inmediatamente comenzó a llamarlo: “¡Perro cochino tirate!”
Mi perro quedo deslumbrado ante tal acontecimiento, lluvia torrencial, truenos, relámpagos, y  temblor de tierra, ante el abismo.
La calma lo abandonó, y el temor era su nueva piel, me cuenta mi perro que todo este espectáculo le fascinó, pero de pronto, un sonido de trompeta interrumpió todo, era ensordecedor  e iba de menos a más, por lo que la adrenalina era cada vez  más intensa, y parecía que  aquel sonido destrozaría todo.
Cuando parecía insoportable, quedó todo en silencio y una nube negra apareció en el horizonte, no era una nube cualquiera, pues tenia el color favorito de mi perro, el negro, y toda la escala de grises.
Cuando despertó, conservaba aun en sus patas la postal, o mejor dicho, la postal de mi perro, alzó de prisa la mirada hacia la ventana porque a lo lejos observó la misma nube negra, pero se trataba sólo de una  humareda de basura quemada que estaba por los cerros. Sonrió mi perro dirigiendo sus ojos hacia el techo de su casita, dándose cuenta que yo nunca había pintado de negro su techo y mucho menos él.
Definitivamente hay algo en este color que afirma la presencia de algo o alguien especial, debe ser por el gran contraste que suele hacer con el resto del ambiente. En realidad el negro no es un color, es mas bien la negación del color, la ausencia de color,  pero tenemos que llamarlo de alguna manera.
Cada vez que me acuesto miro a través de la ventana el cielo, pero no veo nada que me llame la atención, solo puedo recrearme en recuerdos y concebir sueños de lo que quisiera tener. Al fin de cuentas hay algo que nos hace similares en esta ocasión, a mi perro, al cielo y a mi, en la noche estamos vestidos igual. De negro!
Willy Daga
Dibujos: Lucy Naldos

TRIBUNAL

Soy acusado una vez mas…la misma historia se repite día tras día, estoy en el salón del juzgado, música plana en mis oídos, definitivament...